viernes, 8 de febrero de 2013

AyB 009 - 17 Noviembre 2005
Últimas Noticias | Jueves 17 de Noviembre de 2005


REPENSAR LA VIVIENDA ESQUEMA LEGAL PARA COMPRAR CASA ES DEFICIENTE Y EXCLUYENTE

El rollo de los billuyos


El esquema financiero aceptado en todas las versiones de Ley de Política Habitacional y en la Ley de Vivienda y Hábitat 2005 (LVH) es el siguiente: la vivienda tiene un precio derivado de su costo más las utilidades para el empresario. Las condiciones de venta establecen una cuota inicial, un plazo para el pago, cuotas mensuales para pago de capital e intereses y a veces cuotas extraordinarias, lo cual es el esquema tradicional de la banca hipotecaria.

La LVH fija los pagos de los beneficiarios entre 5% y 20 % de sus ingresos y en ningún caso la sumatoria de capital y pago de intereses debe pasar del 20% . En el caso de la producción pública obviamente se eliminan las utilidades y los intereses a las inversiones en construcción.

Por supuesto, la Ley establece la posibilidad de subsidios directos habitacionales, siguiendo la cartilla neoliberal de subsidiar la demanda.

Este esquema es muy deficiente, excluyente y paralizante.

Exige que todo crédito debe estar garantizado con una hipoteca (Art. 158) que implica la propiedad de la tierra. Hasta la Ley del 2000 se preveían garantías de otro tipo. Excluye a una gran cantidad de familias por no tener ingresos suficientes para los pagos mensuales, aun considerando los subsidios, salvo que éstos sean totales.

Deficiente porque es incapaz de establecer las condiciones para garantizar la producción del número de viviendas necesarias. Ignorante porque a mediano plazo hace los costos de recuperación mayores que lo que se recupera, al establecer cuotas con un tope y no considerar la inflación. Paralizante porque no permite canalizar las iniciativas populares a través de sistemas diferentes y condena al sector público a la asfixia.

Se deben proponer sistemas flexibles que tomen en cuenta la depreciación del valor adquisitivo de la moneda, los diferenciales entre la inflación y las tasas de intereses, la problemática de la inestabilidad de los ingresos de los beneficiarios, los gastos de recuperación de los créditos y la posibilidad de la recuperación por y para la comunidad.

Se han dado experiencias interesantes tales como la del Provis, dar la propiedad mediante el pago de una inicial del 20%, y hay muchas otras por poner en práctica, por ejemplo, dar cinco años para que la familia ahorre 30% del valor de la vivienda y otorgar la propiedad por ese monto o entregar la propiedad a quienes estuviesen al día en sus pagos al cabo de ocho años.




Ojo con la cuarta, que está aquí todavía


El gran historiador francés Braudel formuló la hipótesis de que la historia se desarrolla en tres capas superpuestas. Simplificando mucho se diría que la superficial, la de los acontecimientos, tiene ciclos cortos. La intermedia con ciclos largos, es la de las mentalidades. La más profunda, la de las civilizaciones y las geografías, tiene ciclos mucho más largos. Cuando se crean nuevos regímenes, siempre con fuertes conflictos, se transforma la capa superficial, la de los acontecimientos.

La capa intermedia sobrevive mucho más tiempo, hasta que las mentalidades van cambiando.

El antiguo régimen tiene raíces profundas y se cuela por mucho tiempo y en muy diversas formas en el nuevo régimen.

En Venezuela estamos viviendo grandes cambios, se producen grandes acontecimientos.

En el campo económico el sentido social en la producción se está manifestando por muchas vías. En el campo de los servicios, la salud, la educación y la alimentación, los logros positivos son evidentes y siguen extendiéndose.

El gran rollo se ha dado en el campo de la vivienda y el hábitat.

En la Asamblea se han aprobado algunas leyes evidentemente inspiradas en el neoliberalismo, por la persistencia del antiguo régimen. Pero afortunadamente casi todas han sido vetadas por el Presidente.

El caso más conocido es el de la Ley de Hacienda Estadal y Municipal, que permitía privatizar los recursos naturales y muchas otras cosas. Pero con la Ley del Régimen Prestacional de Vivienda el umpire ponchó al Presidente con una bola muy baja. Esta Ley, en muchos de sus principios, es la misma Ley neoliberal de Política Habitacional de Caldera.

La nueva Ley (2005) sigue aplicando el criterio que el FMI le impuso a CAP II de estimular y subsidiar la demanda. La teoría era que al aumentar la demanda también aumentaría la oferta, proliferarían las empresas productivas privadas compitiendo entre en sí, en base a precios y calidad. Se impuso la política de subsidios directos a las familias aumentando su capacidad de compra. Pero en 15 años la oferta no ha cambiado.

Las empresas están fuertemente cartelizadas y no aumenta la producción sino los precios.

Lo que ha pasado en el último año lo evidencia. El ministro Montes y ahora Figueroa han centrado su esfuerzo en los subsidios, créditos, tasas de interés y variables conexas y el resultado es que los precios de las viviendas han aumentado brutalmente y la producción sigue en su nivel histórico más bajo. Por esa vía el descalabro podría ser cada vez mayor.

Afortunadamente hay indicios de cambios. La organización de cooperativas de construcción, iniciada hace algunos meses, es muy significativa.

Más importante todavía el anuncio del Presidente Chávez en el evento Plan Casa Media, realizado en el Teresa Carreño el 9 de este mes.

Chávez por fin dijo: “El Ministerio prevé la construcción de urbanismos mediante un proyecto de crecimiento progresivo y un sistema de autoconstrucción para financiar casas de 24, 40 y 59 mts2, sobre cimientos de 75 mts2. que permitirán ampliarlas a futuro”. (ÚN 10/11/05). Algunos anuncios más de ese género y el problema podría comenzar a solucionarse efectivamente.


Las empresas están fuertemente cartelizadas y no aumentan la producción sino los precios

Reflexión

¿Buhoneros en estilo colonial?

Al paso de una revolución, especialmente cuando es popular y si es de verdad una revolución, de todo puede ocurrir. Preparados todos para ello. Pero no implica que no tengamos que discutir y señalar los disparates.

Todo lo contrario: de los enfrentamientos de las ideas surge el momento y la oportunidad de la creación.

Se acumulan y comparan experiencias y ahí es cuando se le ofrecen oportunidades al gran reto de la experimentación social.

¿A qué viene esto? Bueno, resulta que alguien (¿Barreto, Menéndez?) pretende montar unos 300 kioscos en los alrededores de la Plaza Bolívar de la capital, con la intención de 'armonizarlos' con el 'entorno colonial'. Ni hay entorno colonial, ni tiene sentido tamaña tontería.

¿Kioscos en estilo colonial?
Por favor, ¡sindéresis! (como decían los adecos).




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