viernes, 8 de febrero de 2013

AyB 011 - 30 Noviembre 2005
Últimas Noticias | Miércoles 30 de Noviembre de 2005


Plan Casa Media: saquemos cuentas

El 9 de noviembre el presidente Chávez anunció en el evento Plan Casa Media, en el Teresa Carreño, que se iniciaría el programa de urbanismo y vivienda progresiva.

Parecía que al fin se iba a iniciar un programa de producción social y comunitaria.

Pero los anuncios posteriores del ministro de Vivienda y Hábitat (MVH), Luis Figueroa, son un baño de agua fría. El decreto de emergencia para que se contraten obras sin licitación es alarmante. En Venezuela no se licita la construcción de viviendas desde hace tres años. El general Cruz Weffer en el año 2000, cuando era presidente de Fondur, nunca licitó nada. Decir a estas alturas que las obras no se ejecutan porque las licitaciones toman mucho tiempo, es buscar un chivo expiatorio para cubrir con una pantalla de humo la ineptitud en el sector de vivienda y hábitat, a pesar de las manifiestas buenas intenciones de Chávez.

El 17 de noviembre, en un aviso en Últimas Noticias, el MVH dice: “EnTrujillo, 48 familias recibieron sus nuevos apartamentos”.

¿Y las 99 mil 952 nuevas familias que se formaron en Venezuela en el 2005? Naiboa.

Se necesitarían 2 mil avisos más para que se llegue a esa cantidad.

El último toque es el aviso del MVH del 24/11/05: “Se construirán 8 macrourbanismos de 2.500 unidades familiares...  Inversión, 905 millones de dólares”. Es decir, que cada casa costará Bs. 97.287.500 al cambio actual. Si el beneficiario recibe un subsidio de Bs. 20 millones del Estado, paga 10% de inicial y tiene 30 años al 6%, necesita ingresos mensuales de más de 2 millones para pagar las cuotas mensuales. Seguro que las 99 mil 952 nuevas familias del 2005, aún las de clase media, ganan menos de eso. ¿Para quiénes serán esas 20 mil viviendas?
¿Para 'la nueva clase', para 'la nomenklatura' ? Si los cuadros dirigentes del sector Vivienda y Hábitat siguen por esa vía, el presidente Chávez, y lo que es peor, el pueblo venezolano, seguirán de frustración en decepción hasta que reclamen sus derechos.


¿De quiénes son los guetos?

Los ricos se cierran con ventanas, puertas y mentalmente

Caracas. La palabra gueto se refiere a una zona de la ciudad, cercada, exclusiva y de acceso controlado. Unida a la memoria de los guetos donde, desde hace siglos, se encerró a los judíos, carga con un sentido de discriminación y de crimen social.

Pero también hay guetos que no son el resultado de la intolerancia extrema, de la persecución que acecha. Hay sectores de la ciudad, de cualquier ciudad donde haya fuerte división de clases, cuya población de alto nivel económico se autoconstituye en fortaleza sitiada.

Se autoexcluye por voluntad propia, no por presión externa.

La sociología urbana conoce y estudia este fenómeno desde hace mucho tiempo. Es impactante constatar hasta qué punto la educación, el trabajo, los servicios, las comunicaciones, etc., para cada nivel social, contribuyen a que se les haga prácticamente imposible, a quienes viven en determinados sectores urbanos, ni siquiera intentar comprender razones y formas de vida que no sean las suyas propias.

Los ricos y la clase media acomodada del este de Caracas, por ejemplo, se cierran desde adentro casi herméticamente.

Es lógico: el marco físico es también un marco de clase. Pero no sólo se cierran con puertas y ventanas, rejas y barreras.

También se cierran mentalmente, ideológicamente.Una familia que viva en una de las urbanizaciones sifrinas, con sus trabajos de ejecutivos, con su quinta en su conjunto privado con vigilancia, sus camionetas con aire acondicionado, su escuela privada, su periódico de toda la vida, sus vacaciones en el exterior, sus chistes racistas, sus fiestas y amistades, vive y se alimenta de un solo caldo. Jamás se montará en el Metro, le tendrá terror a las calles del centro y hasta tendrá dificultades para recordar dónde queda exactamente el estado Barinas.

Al rededor de ellos hay un mundo externo desconocido y por lo tanto incomprensible.

Cuando se menciona el carácter clasista de la oposición política, no se hace suficiente énfasis en este aberrante factor físico y material de separación incivilizada.

Los odios, las incomprensiones epidérmicas, las antipatías más acendradas se cultivan y retroalimentan en los campos cercados de las urbanizaciones de lujo. Recluidos en su fuerte apache, protegidos por calles cerradas y vigilantes con alcabalas, agachados detrás de una barrera de suposiciones, sospechas y prejuicios sociales, los ricos y la clase media acomodada se atrincheran en sus rutinas de bienestar e ignoran totalmente el mundo a su alrededor, el de cuatro calles más abajo, el del barrio de la quebrada, o el de los barrios del otro lado de la ciudad o del país, y crean y mantienen mitos defensivos y un imaginario agresivo.

Lo que era antes una realidad de bajo perfil, en los días de las guarimbas se ha puesto de relieve como una bofetada.

Estos habitantes de los guetos voluntarios, no poseen instrumentos para entender la verdadera realidad del país, entre otras cosas porque no la ven ni la huelen. ¿Quién dice entonces que el urbanismo no tiene contenido político?
 

Revolución popular sí, pero no cursi

Parece realmente excelente que se vaya a realizar,como parecen indicar los avisos en la prensa, el flamante programa de las nuevas Ciudades Judiciales Regionales y Municipales.

Pero no hay que cansarse de repetir que el nuevo diseño funcional debe llevar en sus entrañas también una concepción nueva de su estética.

En 3 millones de metros cuadrados de terrenos, se construirán las sedes para 98 municipios. Es una ocasión, ¡una más! para que se riegue por todo el país una arquitectura nueva, de raíz popular, pero sin cursilerías populacheras, que son más indicio de incultura que de intento de establecer parámetros estéticos endógenos. El contexto de 98 municipios espera soluciones sencillas y económicas pero imaginativas, que pueden perfectamente dar origen a unos concursos nacionales bien interesantes, de los cuales pueden salir soluciones locales diferenciadas y de buen diseño. Pero, si tuviéramos que juzgar por lo que aparece en el aviso de prensa, vamos muy mal.

Todavía hay tiempo para no caer en la balurdez. Ala Dirección Ejecutiva de la Magistratura va dirigido un mensaje preciso: no atropellen a la arquitectura venezolana.



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