viernes, 1 de marzo de 2013

AyB 088 - 07 Junio 2007

Ultimas Noticias | Jueves 07 de Junio de 2007



Júbilo por el Pico y Placa

Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé

acerasybrocales@gmail.com


Un puñado de entusiastas usuarios de la autopista de Prados del Este, la semana pasada se congregó con sus banderas, en el distribuidor Santa Fe para celebrar el éxito del plan Pico y Placa, idea de la Alcaldía de Baruta para aminorar el tráfico en la zona. La algarabía reinante impedía ver que las banderas ondeaban al revés, arriba el rojo bolivariano, abajo el amarillo justiciero del alcalde.

Nota baladí ante la emotiva celebración de lo que parecía imposible: facilitar el tránsito a los que poseen varios carros o no tienen horario. Es decir, la mayoría de los presentes. La acción fue muy bella, primero enviaron a su hijos al semáforo de La Trinidad.

Allí, la muchachada con camisas azules y beige, unos 20 más o menos, hicieron gala de sus cuerdas vocales y habilidades malabaristas frente a sorprendidos conductores que observaban algo adormecidos.

Claro, algunos impacientes y amargados tomaban otras vías y daban un vueltón para evadir tan animada, ingenua y tierna expresión libre propia de la corta edad.

Pero en Santa Fe fue el clímax. Allí no había amargados ni posibilidades de salirse de la autopista. Los jóvenes preguntaban en la cola si querías letreros en los vidrios de tu carro. ¡Era increíble! la mayoría sonreía y decía ¡yesss en todos los vidrios! Que chévere, se integraban a la tribu.

Las ambulancias parecían de películas HBO, con pasajeros de caras macabras ¡tremenda actuación! Pero lo mejor fue el final, todos los carros pasaban por un solo canal, muy angostico, en el cual podías casi rozar el pecho de una actriz, o tocarle la mejilla a un actor, o ver a tu reportera favorita plena de profesionalismo cubriendo tan civilizada espontaneidad.

Te sentías como parte de un casting. Lo único penoso fue el efecto del Pico y Placa. En lugar de llegar en 1 hora al centro de Caracas, en esos días fue de 2 1/2 horas. Pero valió la pena. Pocas veces se ve junta a tanta gente bella, bien vestida, declamando una comedia que sólo se ve en la TV y en capítulos.

Sin embargo, siempre hay los refunfuñones que incomprenden la alegre y libre expresión de jóvenes que instintivamente descubren una asertiva medida, la cual gracias a su originalidad, los alcaldes vecinos estudian copiarla.

¡Por fin los estudiantes encontraron una alternativa a los rallies! hoy ausentes de colegios y universidades.

Ahora comparten con actrices y actores una camaradería pedagógica, extensiva al vecindario, bajo la protección de autoridades de todo tipo.

¿Por qué no inventar nuevas formas de vida?


El carro propio es la expresión máxima del individualismo salvaje en la sociedad capitalista.
Implica que cada propietario de un carro, para moverse, confisca por lo menos 10 m² de espacio público colectivo para uso personal y satisfacción de sus deseos individuales.

Nada tiene que ver el propietario de un carro con el resto de las personas que integran su entorno, su ciudad, su país.

Se exacerba al máximo la competitividad por el asalto y la posesión del espacio público que permite la circulación de su vehículo. El crecimiento incontenible de la propiedad privada de los vehículos es un genocidio contra los recursos del planeta Tierra, pero en especial de los energéticos. Ha creado una de las mayores fuentes de contaminación del planeta y ha destruido progresivamente su razón de creación, ya que para ir de un lugar a otro cada vez se gasta más tiempo y energía y se disminuye geométricamente la calidad de vida.
¿Cómo se ha generado esta actividad apocalíptica?

Inicialmente había la necesidad de cada persona de trasladarse de un lugar a otro de la manera más confortable y rápida. Podía hacerlo individualmente o compartiendo con otras personas, es decir, mediante el transporte colectivo. Pero se puso en marcha un gigantesco aparato industrial con gigantescas utilidades que aprovechando circunstancias como los privilegios de clase y creando expectativas de clase en las clases bajas, se ha transformado en una de las industrias más poderosas del globo.

Esta industria ha sido el enemigo mortal del transporte colectivo, cuyo deterioro a nivel mundial es evidente.

También en Caracas. Lo más grave del problema está en que prácticamente toda la población, incluyendo la de más bajos ingresos, tiene la aspiración y considera su derecho humano tener un carro propio. El mismo Gobierno ha estimulado esta deformación mental.

En lugar de hacer grandes inversiones y realizar grandes programas para mejorar el transporte público, estimula la tenencia individual con programas tan absurdos como el de Venezuela Móvil. Cayendo en la trampa consumista más negativa del capitalismo caníbal, se suma al coro de propagandistas de las bondades del carro individual.

Hasta las ordenanzas municipales son cómplices. La norma de que por cada apartamento debe haber un puesto de estacionamiento, es la forma legal concreta como la industria automotriz explota en su beneficio esta destrucción sistemática del entorno habitable de la humanidad.

Esta es una cárcel mental contra la que hay que luchar sin descanso. Especialmente si estamos en un proceso de revolución socialista.
En estas condiciones es necesario inventar
 Hace unos días comentaba con un amigo sobre la construcción pública de unas 200 viviendas en un terreno de 1 hectárea, destinado a familias muy pobres. Resulta que esas familias quieren su puesto de estacionamiento para cada una. Entre el edificio y el estacionamiento no quedarían libres ni 10 m² para un jardincito. ¡Absurdo! Surgió la idea de una cooperativa de transporte.

El condominio, o la comunidad, podría incluir una cooperativa de transporte, unos 30 vehículos; la cantidad habría que estudiarla, para darle servicio al condominio o a la comunidad a precios de colectividad productiva social organizada.

Menos estacionamiento, menos vehículos, costos de transporte bajos, 35 empleos para los de la cooperativa.

Una planificación sencilla para las rutas, horarios y usos de los vehículos, y hasta ¿por qué no? uso individual de los vehículos en ocasiones establecidas. Mi amigo me miró como si estuviera diciendo locuras. Nadie va a aceptar eso.

Tal vez tenga razón. Las cárceles mentales que los presos no perciben como tales son las más difíciles de destruir.



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