domingo, 17 de marzo de 2013

AyB 125 - 28 Febrero 2008

Ultimas Noticias | Jueves 28 de Febrero de 2008


 
Henrique Hernández Alejandro López Alfredo Roffé

acerasybrocales@gmail.com

¿La ciudad "más perfecta del mundo"?

 

Abra Internet y busque "Ciudad Masdar". Va a encontrar algo así como 107.000 entradas donde le van a contar todo sobre la nueva ciudad que comenzaron a construir en Abu Dhabi, uno de los países (mínimo por cierto) del Medio Oriente que dispone de más petróleo en sus entrañas.

Interesante comparar con la información (casi nula) de que en cambio podemos disponer acá en Venezuela, donde también se comienza por lo menos una ciudad nueva, la del "Camino de los Indios".

Ese inmenso caudal de información repite que la que llaman "la ciudad más limpia del mundo", "la ciudad más verde del planeta", "la ciudad ecológica modelo para el futuro", será una realidad dentro de 10 años, con una población prevista de 50.000 habitantes. Cero emisión de carbono, cero residuos, cero automóviles.

Esta nueva ciudad, diseñada por el conocido arquitecto inglés Norman Foster, contará con todos los dispositivos necesarios para ser considerada una verdadera ciudad endógena y autosustentable. Partiendo de la experiencia histórica de cómo los hombres han construido en ambientes tan difíciles como el desierto, se ha pensado en un entramado compacto de calles estrechas y sombreadas (3 metros de ancho) como la vieja casbah peatonal.

Edificios de no más de cinco pisos, torres de viento para la ventilación natural, correcta orientación noreste-suroeste, plazas con galerías y fuentes, techos diseñados para dar sombra –80% de ellos con instalación de energía solar de última generación–, perfecto diseño para un microclima ideal. Desde cualquier punto de la ciudad no habrá que caminar más de 200 metros hasta el transporte público que, con dos distintas modalidades, elimina totalmente el uso del automóvil. La movilización individual podrá hacerse sobre pistas elevadas con cabinas automatizas, como ya se ha ensayado en Holanda.

Alrededor de la ciudad amurallada habrá puntos eólicos, granjas fotovoltaicas, campos de investigación, plantaciones para la producción de alimentos orgánicos directamente para sus habitantes. El costo: 22 mil millones de dólares, en varias etapas.

Todo el proyecto estimula la imaginación y, sobre todo, confirma lo que hemos venido diciendo acerca de la necesidad de ir planificando para el momento cercano cuando la declinación del uso de los hidrocarburos cree la gran crisis de la energía. Ciudad Masdar es un ejemplo de previsión justamente en un país que rebosa de petróleo: recursos energéticos alternativos, cero emisiones, reciclaje de desechos, cultivos cercanos, peatonalización total de la ciudad, transporte colectivo de alta eficiencia. Cuando hablamos de ciudad endógena, pues a eso nos referimos.

Tanta maravilla de la era postpetrolera, sin embargo, tiene sus bemoles. Los primeros habitantes de Masdar, si nos atenemos a la información pública, serán escogidos cuidadosamente en el campo internacional. Se invitará, con exenciones de impuestos y paquetes de incentivos, a lo más selecto de las empresas globalizadas y a sus ejecutivos. Las perspectivas son de que Masdar será una ciudad perfecta, pero para el lujo de los ricos.

No podía ser de otra manera.

El petróleo se acaba y la racionalidad de la salvación es exclusiva para los pudientes del mundo. ¿Y para los demás? Nuestras "misteriosas" nuevas ciudades, en el contexto de nuestro subdesarrollo, obviamente no podrán tener la alta y costosa tecnología de Abu Dhabi. Pero si Simón Rodríguez nos ayuda desde donde se encuentra, con ecología, ahorro de energía convencional, escala humana, energías alternativas y microclima inteligente, podremos crear una realidad urbana menos sifrina que Masdar y a la vez más realista y económica, bien alejada de los prototipos para magnates, y bien cercana al buen diseño elemental, socialista y eficiente que es perfectamente posible en los trópicos.

Cómo cumplir metas


Hace unos años, el presidente del Fondur y el ministro de la Vivienda del momento amenazaron con renunciar si no construían 90 y tantas mil viviendas. No renunciaron, ¡ni las hicieron! Desde entonces, hay una maldición en el sector: funcionarios del Conavi, del Mindur, o del Ministerio actual de Vivienda, se ven obligados a ofrecer metas inalcanzables que nadie justifica ni explica cómo cumplirlas. De nuevo, el recién estrenado Ministro de Vivienda informó (ÚN 21-02-08) que la meta en 2008 llegaría a 200 mil casas. ¿Será verdad? Él mismo anunció que ya están en construcción 127 mil (de años atrás), a las que se le sumarían 50 mil del Programa Suvi. El repele, 23 mil, alguien las hará.

Moraleja: Para cumplir las metas, hay que empezar antes.

Ciudad Camino de los Indios

También anunció el ministro de Vivienda (ÚN 23 y 24-02-08) que en 2010 entregarán mil viviendas en esa ciudad. Es decir, que uno de los programas bandera, actualmente en ejecución, ofrecerá 500 viviendas/año en los próximos 2 años. Luego, para ofrecer en 2009 una meta anual de 200 mil viviendas, habrá que tener en construcción unos 400 proyectos como la Ciudad Camino de los Indios, 8 cada semana. ¿Simple, no?



Metas anuales: ¿de viviendas o de tierra urbanizada?

Esta página ha insistido durante 2 años en que para atender con eficiencia las necesidades de techos hay que rectificar el enfoque actual de construir viviendas (siempre pocas) y reimpulsar un plan nacional y masivo de adquisición y habilitación de grandes lotes de terrenos en las ciudades prioritarias. Sus ventajas son obvias.

Primero, los recursos y la capacidad gubernamental se dirigen a la producción y construcción del hábitat (parcelas, vialidad, transporte, centros educativos, de salud, alimentación, parques, servicios de agua, energía, cloacas, comunicaciones, etc.). Esto es, la infraestructura que a la gente le es imposible hacer.

Segundo, la vivienda sí es posible que la construya la gente, con sus recursos y capacidades, más el apoyo técnico y financiero (subsidio incluido) del Gobierno nacional y local.

Lo han demostrado. Las barriadas de las ciudades latinoamericanas han sido su obra.

Con asistencia, equipamientos y servicios por parte del Estado, hoy tendríamos ciudades muy diferentes y mejores de las que existen.

Tercero, con terrenos urbanizados se atiende a más familias (matemática pura). Pero los funcionarios de vivienda han guardado silencio sobre este enfoque, ni lo rebaten ni lo sustituyen por otro mejor. Por el contrario, hasta hoy, la política revolucionaria en vivienda ha fracasado, demostrando así, la urgente aplicación de las 3 R en el sector. Sugerimos adelantar un programa de urbanismos para que la gente desencadene sus capacidades y, con asesoría técnica y financiera pública, construya las viviendas a su gusto, progresivamente y según necesidades y posibilidades. Así, las comunidades responderían a un orden urbano y a la diversidad familiar venezolana. ¿Decidiremos un camino alternativo –revolucionario– liberador de la fuerza productiva comunitaria, en lugar del actual capitalismo convencional?



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