¡Cuidado con el patrimonio cultural!
No olvidemos que la Ciudad Universitaria de Caracas es monumento
nacional y patrimonio cultural de la humanidad. Quienes revientan sus ventanas a
pura piedra e intentan quemar sus edificios con sus hogueras deben recordarlo. Y
también deben recordarlo las autoridades universitarias, a quienes les
corresponde, en primer lugar, tomar las previsiones del caso.
¿Los
responsables de los desmanes? Bueno, hay que identificarlos y separarlos del
cuerpo social, pero sin olvidar que cada acción humana está ubicada dentro de un
contexto determinado. No es igual manifestar una opinión públicamente, sitiar
brutalmente a unos estudiantes y tratar de quemarlos vivos, o intervenir para
salvarlos. Cada una de estas acciones, las que ocurrieron en la Ciudad
Universitaria, merece ser ubicada en su contexto respectivo. Y de ahí formarse
una opinión seria.
Queda el asunto, insistimos, de la defensa del
patrimonio.
Que, como dice el presidente del IPC, no le pertenece a la
Universidad Central, hija del decreto del Rey, sino a la hija del decreto de
Bolívar. (Hoy, a la luz del incidente de Santiago de Chile, con más razón).
Mucho cuidado que no terminemos pasando de la necesaria y útil confrontación de
ideas, a un mortal intercambio de balas. Y de paso, a la destrucción de nuestro
patrimonio.
¡DOS!
En estos días el barrio La Pedrera de Antímano ha
sido noticia frecuente en la prensa. Un masivo deslizamiento de tierra pone en
peligro a las 740 familias que habitan en el lugar. Esta situación es
frecuentísima en Venezuela, pero sólo sale en la prensa cuando adquiere
caracteres de gran drama.
En el país se constituyen anualmente unas 120
mil familias. Entre el gobierno y el sector privado hay una producción alrededor
de 40 mil viviendas al año. No se produce ni una sola parcela, dotada de
servicios, con escuelas y equipamiento, en sitios seguros, donde las familias
nuevas puedan construir su vivienda. En consecuencia, cada año unas 80 mil
familias construyen sus viviendas donde y como pueden. Unas 220 por
día.
Al principio son ranchos, pero en tres o cuatro años son viviendas
más o menos aceptables. Claro, sin agua ni cloacas, con calles, veredas y
escaleras de tierra, casi sin luz. Nada de escuelas ni de consultorios médicos.
Eso cuando tienen suerte y han construido sobre terrenos firmes, sin
inundaciones.
Cuando no es así pasan rápidamente a engrosar el ejército
de reserva de los damnificados.
Pero lo llamativo del caso La Pedrera es
que cuando el consejo comunal, según la prensa, trató de solucionar el problema
resulta que el Ministerio para la Vivienda tenía sólo dos soluciones
habitacionales a mano. ¡¡¡DOS!!! ¡Asombroso! ¿Dónde están las otras 79.106 que
el Ministerio ofreció terminar en el 2007? ¿Dónde las 10.793 casas uruguayas?
Algo anda muy mal. Si el Ministerio dio una información y dijo dos, eso está muy
mal, deja muy mal parado al gobierno. Si en verdad son dos, peor aún.
El
problema de la producción de vivienda y hábitat adquiere niveles muy
graves.
Otra vez tiene la palabra el Ministerio.
Además, entre
paréntesis, los damnificados se niegan a agonizar en los infiernitos de los
refugios militares. Entonces el Ministerio de Vivienda, a través del muerto que
camina (el Inavi), acondiciona un galpón para ubicar allí a los
damnificados.
¿Dónde está el cómodo hotel inaugurado por Barreto hace
unas semanas para atender a los damnificados? Debe ser que no tiene cupo sino
hasta el año 2018. Si no fuera tan dolorosa la situación a la que se ven
expuestos estos pobres ciudadanos venezolanos, daría un ataque de
risa.
Lectores
Calle privatizada
Escribe
Alejandro Ruiz sobre la decisión (11-10-2007) del Concejo del Municipio Sucre de
Caracas de "alquilar durante 20 años una calle (transversal 5ª y un sector de la
2ª calle de la Urb. Los Cortijos de Lourdes, 9 metros de ancho por 110 de largo)
para uso exclusivo de Empresas Polar, por Bs. 25 millones mensuales (300
millones/año)". Entre los razonamientos que favorecieron al grupo empresarial,
la presidenta de la Cámara Municipal argumentó que "necesitamos el dinero,
porque con el aumento presidencial de 40% a los maestros y 60% a los médicos se
incrementará el gasto del presupuesto 2008 en 34 millardos de
bolívares".
Si con 990 metros cuadrados de una calle alcanzan 300
millones al año, tendrán que privatizar, para cubrir los 34 millardos, más o
menos unos 3.762.000 m2 de calles.
Renovación urbana
José Hidalgo propone una opción ignorada por quienes proponen las
620 viviendas en La Carlota. "Antes de cometer El Horror de La Carlota, saquen
ese poco de industrias de Los Ruices y de La California Sur, donde se podrían
construir más de los 620 apartamentos". Tiene razón, existen zonas en Caracas,
en el Centro, al norte, al este, al suroeste, etc., que son factibles de
programas de renovación urbana, interesantes, audaces y de alto impacto. Con una
visión integral de la capital, que racionalice el espacio urbano, se lograrían
nuevos y necesarios equipamientos públicos, enlaces viales y construir las
viviendas necesarias para el crecimiento vegetativo, los damnificados y
migraciones. También Caracas dispone de terrenos libres en Macarao, propiedad
del Inavi, para 12 mil viviendas. Allí mismo, JR Ramírez (ÚN 23-102007), dice
que una sucesión familiar dispone de 1.300 Ha para 32 mil viviendas. En fin, si
se afronta con enfoque integral, riguroso, con planificación por delante, el
crecimiento y desarrollo de Caracas será armónico. Sería útil crear una "sala
situacional urbana metropolitana", es decir, una instancia democrática,
técnicamente capaz, con recursos y poder de decisión, que estudie la capital
dentro del contexto nacional y metropolitano, planifique, coordine a los actores
políticos, económicos y sociales, públicos, privados y comunitarios, y lleve a
la práctica –y sobre todo que les haga seguimiento y evaluación continua–
planes, programas y proyectos.
Caracas debe ser una ciudad eficiente y
amigable ¿Quién le pone el cascabel al gato?
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