lunes, 4 de marzo de 2013

AyB 099 - 23 Agosto 2007

Ultimas Noticias | Jueves 23 de Agosto de 2007


Casas de plástico

Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com

 

La decisión tomada por el Pequiven renovado y repotenciado, a través de Petrocasa, de montar una industria de producción de viviendas aprovechando las ventajas de los materiales de plástico que se derivan del gas y del petróleo, es digna de consideración. Desde cualquier punto que se observe, estratégico, económico o político, esta decisión calza perfectamente en la línea de desarrollar, aguas abajo, el enorme potencial energético que todavía dispone el país. Impresiona la aparición de una tecnología constructiva derivada del petróleo. En un tiempo récord se puso en manos de la gente una opción para construir viviendas. Bienvenida la introducción en la cultura constructiva del país de nuevos materiales diferentes del concreto y del bloque.

Se abren perspectivas también para otros materiales, como la madera, que han tenido un rechazo generalizado. En el caso del PVC habrá que tener especial cuidado en evaluar lo que significa la dependencia del exterior por tratarse de tecnología importada. No obstante es una muestra de voluntad política y de visión estratégica del desarrollo de nuestras capacidades para llegar a materializar una industria con resultados concretos.

Quienes han visitado la fábrica ubicada en Guacara, Carabobo, (así lo hizo AcerasyBrocales, acompañada por el Museo de Arquitectura y Fábrica Urbana del Ministerio del Poder Popular para la Cultura) han quedado impresionados por la magnitud de la empresa, su eficiencia y la visión de futuro que ésta emana.

Si a eso se le agrega que los futuros habitantes de las casas ya en construcción, son los mismos que las están levantando en un ejercicio extraordinario de formación, de conciencia y de responsabilidad, no cabe duda que con Petrocasa se está dando un paso hacia esa sociedad distinta y mejor que todos deseamos.

Ello se refleja en las caras y en las palabras, sobre todo de las mujeres, que están trabajando en la construcción de sus propias viviendas, en el programa de sustitución de ranchos. Pero hay más: las casas son relativamente económicas, pulcras, bien acabadas, luminosas, rapidísima su construcción, listas para ser puestas al servicio de familias que nunca tuvieron algo semejante.

Pero resulta que aún las obras buenas pueden ser mejores. Aclaremos el punto. La idea de que con piezas más o menos elementales, pueden hacerse combinaciones casi infinitas, o en todo caso más que suficientes para satisfacer las tipologías de vivienda moderna, es una idea que no es nueva. Es una idea eficiente, flexible y económica.

Permite, y ello es esencial, la participación de los habitantes, y puede ser un instrumento formidable de la producción masiva de viviendas.

El paso que ahora debe dar Petrocasa es avanzar hacia una mayor flexibilidad, posibilidades alternativas de crecimiento, libertad de escogencia individual, desligarse de la idea del prototipo único como un paquete cerrado, para ir hacia la multiplicidad de opciones que cada comunidad escoge y resuelve según sus exigencias.

Ello le permitirá introducir una gama abierta de alternativas de casas mejor diseñadas, como verdaderas respuestas siempre ceñidas a las condiciones tan diferentes del entorno geográfico, climático, social y de hábitos comunes del país. Piénsese especialmente en casos como, por ejemplo, la problemática de la vivienda indígena. La tipología de sus viviendas, en el llano, en la selva, en el Delta o en la Guajira, debe variar necesariamente y es imprescindible respetar lo que cada etnia ha siempre sabido construir y aprender de su excepcional sabiduría. Las casas de Petrocasa deben ser mejores que las tradicionales, no simplemente parecidas a las que mal construyen los criollos.

Es esencial, por lo tanto, que la calidad y experiencia de los arquitectos y los diseñadores industriales estén incorporados desde el comienzo en una experiencia productiva excepcional como esta. Pero no sólo en esa etapa: el urbanismo donde ya se están construyendo las primeras casas no podría ser peor y menos imaginativo y menos funcional. Y este es un aspecto, a la luz de los programas de expansión de la producción en todo el país, que adquiere una relevancia excepcional.

El Musarq ha ofrecido su colaboración para la elaboración de un concurso nacional para estudiantes para el diseño de prototipos e igualmente la oficina de Fábrica Urbana con la intención de aportar soluciones de mayor calidad funcional en lo que a arquitectura se refiere.

Una última e importantísima recomendación que Petrocasa no debe tomar a la ligera: el PVC sufre desde hace años de una serie de acusaciones a nivel internacional. Hay países, por ejemplo, donde está prohibido. Se mencionan especialmente sus implicaciones tóxicas en la producción y en el vertido de los residuos. La polémica es confusa, hay muchos elementos contradictorios pero que tienen mucho peso.

Por lo tanto es sumamente importante que Petrocasa tenga gran cuidado, en la información que está obligada a difundir, en disipar las dudas y explicar las razones que le asisten para desmentirlas, demostrando que la decisión que se ha tomado en utilizar el PVC, se apoya en argumentos de validez científica, bien sea en lo que respecta a la calidad del producto así como en lo que se refiere a eliminación o aprovechamiento de sus desechos.

De otra manera lo que luce ya como un potencial de gran valor para la solución del problema de la vivienda puede convertirse en un obstáculo y hasta en un fracaso.

EN ANDALUCÍA

Viviendas baratas para pagar en 80 años

En la localidad de Marinaleda, el alcalde, maestro y comunista desde hace 28 años gana por aclamación porque el electorado sintoniza con su perfil revolucionario y la oferta de viviendas a 15 euros mensuales. "Tuvimos un sueño colectivo y nos llamaron utópicos, soñadores, idiotas, y se reían de nosotros. Pero con coraje, inteligencia, capacidad y con saber aprovechar las contradicciones del sistema, conseguimos aquel viejo sueño", afirma el alcalde.

"... como en todo proyecto, podemos cometer errores... rectificables, pero lo que no se puede poner en cuestión es una conquista para el futuro de los hijos...: la tierra. La tierra no se compra, es de todos". Por ello expropiaron grandes extensiones para obras sociales y han construido, hasta ahora, 350 viviendas.

El ayuntamiento facilitó la parcela (100 M2) y la dirección de la obra, sin costo. La Junta de Andalucía aporta los materiales y el comprador de la casa la construye él mismo. Las casas de 90 M2, 2 plantas, 3 habitaciones, estar, baño, cocina, aseo, azotea, terraza, cuestan 36 mil euros (Bs. 97.200.000). Descontados 16 mil euros (Bs. 43.200.000) por mano de obra, quedan por pagar 20 mil euros (Bs. 54.000.000) a razón de 15 euros/mes (Bs. 43.537) durante 80 años, hasta conseguir la propiedad.

No la pueden vender, ni especular a costa de ella hasta ese tiempo. Los hijos la heredan. El requisito es estar empadronado en el municipio y llevar allí mínimo 2 años.


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