lunes, 4 de marzo de 2013

AyB 098 - 16 Agosto 2007

Ultimas Noticias | Jueves 16 de Agosto de 2007

Tácticas universitarias


Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé

acerasybrocales@gmail.com



En las universidades venezolanas, con independencia de todos los errores, desviaciones, faltas y omisiones con los cuales carga su historia, hay sin embargo un acervo de inteligencia, de talentos y de experiencias que el Estado debe procurar utilizar de la mejor manera.

Cuando la revolución rusa tuvo que enfrentarse al problema de tener que combatir contra sus feroces enemigos y no disponía sino de una masa desorganizada de campesinos en las filas de sus ejércitos, un líder como León Trotski no tuvo más remedio que llamar a los oficiales blancos para que bajo dirección política correcta pudieran derrotar, como de hecho pudieron, a las fuerzas de la reacción. De la misma manera el Estado venezolano, empeñado en un proceso profundo de cambios revolucionarios, debe aprender a incorporar en los planes de trabajo, la inteligencia y la experiencia que alberga la universidad, lo que ahora llaman 'la academia'. Tal vez les parezca un poco tremebunda la analogía.

Pero los hechos indican que existe una suerte de estrategia política que pretende baypasear a las universidades que se quedaron en el enfrentamiento político antichavista, aislándolas y cercándolas con la creación de nuevas universidades de nuevo cuño. No parece que sea ésta una estrategia necesariamente exitosa, aún cuando la creación de nuevos y numerosos centros de estudios universitarios es sin duda alguna altamente provechosa para el país. En universidades como la Central y la Bolívar, además del reservorio de conocimientos ya mencionado, existen núcleos valiosos de profesores democráticos y progresistas, por ejemplo utilísimos para el desarrollo de los planes de vivienda, de nuevas ciudades y de infraestructura en general. No parece una buena táctica no aprovechar ni siquiera esa parte del conocimiento universitario, y en cambio apostarlo todo y de una vez por las nuevas universidades bolivarianas que, por demás, todavía deben recorrer un largo trecho para alcanzar solidez profesional e ideológica. Así que conviene recordar a Trotski, en esto como en tantas otras cosas.


¿Qué pasaría?


1

Si el gobierno planificara (y ejecutara) programas de construcción de 3 a 6 años, que fijen por municipio los requerimientos de tierra, viviendas, escuelas, centros de salud, mercales, embalses, carreteras, puentes, autopistas, redes de agua, cloacas, drenajes, alumbrado, etc., estimando necesidades de cemento, cabillas, bloques, ventanas, puertas, WC, tuberías, tejas, etc.

¿Estimularía a comunidades, profesionales, industriales, inversionistas? ¿Impulsaría la industrialización de la construcción? ¿Aumentaría, por ejemplo, la oferta de viviendas? ¿Prevendría las invasiones?


2

Si acompañadas de un programa comunitario de asistencia técnica y financiera, las ordenanzas municipales promovieran, facilitaran y normaran la ampliación, subdivisión y reordenamiento de casas y edificios existentes, en zonas donde sea viable y con razonable inversión en servicios y equipamientos urbanos ¿Se abriría una puerta a la renovación urbana de áreas deterioradas y subutilizadas? ¿Aumentaría la producción de nuevas viviendas y mejoramiento de las existentes en los barrios y urbanizaciones actuales? ¿La gente se incorporaría masivamente a construir nuevas viviendas en los espacios disponibles en sus parcelas (techos, terrazas, patios, retiros) y a mejorar la existente? ¿El Estado ganaría un aliado (la gente) en la solución de las necesidades de vivienda? ¿Acaso eso no se hace hoy en la ciudad, pobres y ricos, sin control alguno? ¿No es mejor ordenarlo, racionalizarlo y potenciarlo según sus límites y posibilidades?

3

Si el Estado certificara la calidad resistente, climática, etc., de los nuevos sistemas constructivos, nacionales o importados, a usar en Venezuela, ¿Se caerían las escuelas, viviendas y hospitales en un sismo? ¿Las edificaciones serían confortables y seguras?

4

Si se evaluara el estado estructural de las viviendas en los barrios y se aplicaran programas de reforzamiento estructural y demoliciones según el caso ¿Se salvarían muchas vidas si ocurriera un sismo? ¿Se evitaría una tragedia nacional de incalculables proporciones?



TIPS

Inconcebible

 

"Analizan el colapso de la Andrés Bello", dice titular de Últimas Noticias (11.8.07) refiriéndose a iniciativas de funcionarios de la Alcaldía de Libertador para la creación de comisiones que estudien el impacto del nuevo centro comercial Sambil en La Candelaria. Un holding tan poderoso como el de las empresas Cohen nunca se arriesgaría a iniciar una obra tan importante sin tener en regla todo la permisología. La Alcaldía de Libertador ha debido dar todos los permisos.

Seguramente vieron el estudio de impacto en el transporte, presentado obligatoriamente por la empresa y lo aprobaron.

Hasta los más desconocedores de la materia saben que ese centro comercial dificultará al máximo el tráfico en la Andrés Bello y conexiones: la Urdaneta, la Panteón, la
Bolívar, el centro de Caracas.

¿Cómo es posible que ahora cuando el Sambil-Candelaria está en construcción se hable de analizar su impacto? ¡Cuando el proyecto está aprobado, permisado y en ejecución! Sólo una incompetencia y una ineptitud colosales han hecho posible
esta situación. Los inmensos problemas y costos que significa esta decisión para Caracas no tienen medida.

Como no se puede concebir tamaña ignorancia en funcionarios de alto nivel, no cabe sino suponer que los permisos circularon por algún otro canal.



Opacidad, oscuridad, tinieblas


Todo lo contrario de lo que debe ser la información veraz, oportuna, revolucionaria y socialista. Es esta penumbra permanente lo que caracteriza las declaraciones de Carrizález, Ministro de Vivienda. Según información de prensa, el 2 de agosto en acto público, se entregaron 19 subsidios para cubrir parte del costo de viviendas bajo la política Casa Media. 263 millones por cada subsidio si la calculadora no miente y el dato publicado no está equivocado. En las declaraciones se habló de 153.328 viviendas en construcción, de las que se entregarán 90 mil este año, de una inversión en vivienda de 8 billones en 2006 y de 12 billones este año. Así nada más. ¿Dónde se construyen las viviendas, cuánto cuestan, cuánto se ha pagado, qué tipos de vivienda son, cómo se contrataron, cuáles fueron las fechas de inicio, cuáles son los equipamientos sociales que las complementan? Nada de esto se sabe. Es un supersecreto de Estado. Así se imposibilita la contraloría social y todas las contralorías posibles. ¿Hasta cuando esta práctica desestabilizadora y antirrevolucionaria? Si de los miles de millones que el gobierno gasta en propaganda, en repetición permanente y continua de consignas, un 30 % se dedicara a publicar información concreta, reflejo real de lo que sucede en el país, todos ganaríamos y seríamos felices. Todos no.

Los corruptos y sus cómplices pasarían más trabajo.



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