domingo, 10 de marzo de 2013

AyB 113 - 29 Noviembre 2007

Ultimas Noticias | Jueves 29 de Noviembre de 2007


Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé

acerasybrocales@gmail.com



Una miradita al territorio

Su ocupación y uso muestran lo que somos. Como un ejemplo, al recorrer la carretera de Caracas a Oriente, aparecen síntomas de degradación urbana y rural que incitan a reflexionar. Veamos algunos.
Vialidad. Tramos de autopista inconclusos y abandonados. Pavimentos en mal estado excepto pocos sitios que están asfaltando. Accesos a bombas y comederos son cráteres lunares. Ausencia o poca demarcación y señalizaciones, bordes enmalezados, cunetas tapiadas. Hay más de 70 "policías acostados" mal concebidos, peor construidos e inadvertidos.

Peajes abandonados. Vigilancia policial ausente, de noche ni hablar. Alcabalas originan trancas y piden "colitas". Libre velocidad a lo "Fórmula 1", sea bus, gandola o carro.
Tráfico. Anárquico, todos hacen lo que les viene en gana.
Islas de autopistas son cruzadas en diversos sitios y "es normal". Ciudades se atraviesan en 1 hora o más. Las intersecciones y semáforos parecen colas de venta de leche escasa.

Fiscales inexistentes. La gente se estaciona donde sea.
Basura. Lanzada en aceras, calles, terrenos vacíos, bordes de vías. Igual los escombros. Botaderos son incendios en zonas de poco tránsito y en cualquier sitio. Descontrol generalizado, recolección ineficientísima.
Invasiones. Las de viviendas proliferan en bordes de calles, carreteras y autopistas, en cerros, en quebradas, donde haya expectativa de empleo, servicios y acceso. Las autoridades están muy ocupadas con los damnificados de hoy, y mañana lo estarán con los que hoy invaden, conclusión: las invasiones son imparables y patrimonio nacional. Hay de otros tipos. Las ventas en la carretera. Al igual que las anteriores, sin control ni prevención ni ordenación, ah perdón, si, colocan "burros" para reducir velocidad. La mayoría son de comidas y artesanías, pero las hay de loros, monos, pájaros, aceite y tasas de carros. Pero nada como las de los buhoneros y los "centros de comunicación" en calles y aceras en perjuicio del peatón y del tráfico, en las narices de la autoridad.

Éstas son expresiones de la desidia de unos e incapacidad de otros. Se repiten en el país ¿Nos acostumbramos? ¿Es un problema? ¿Prioritario? ¿Cómo mejorar la vida sin calidad ambiental? ¿Cómo se hace turismo con anarquía y mugre? ¿Para qué carrizo sirven alcaldes y gobernadores? ¿Cómo empezar a cambiar?



El Triángulo de las Bermudas

Las siguientes son algunas recomendaciones para los usuarios del Metro que tienen que atravesar el Triángulo de las Bermudas, a cualquier hora del día, en cualquier día del año. Se llama Triángulo de las Bermudas el compuesto por las estaciones Plaza Venezuela-Sabana Grande-Chacaíto del Metro de Caracas, en sentido Este-Oeste o viceversa. Allí la densidad suele llegar a 8 personas por m2.

Primero: Utilizar una coraza de acero que le permita respirar, así sus pulmones quedan protegidos de las presiones circundantes y evita el infarto respiratorio.

Segundo: Usar una montura metálica con vidrios de seguridad para ponérsela sobre los ojos y/o anteojos, excluyendo la posibilidad de que le vacíen el ojo izquierdo o le entierren un vidrio en el derecho.

Tercero: Ponerse un cinturón de castidad de doble entrada para evitar problemas.

Cuarto: Reforzar los zapatos con una bovedilla de titanio con lo que estará seguro de no perder dos o tres dedos de los pies durante el trayecto.

Quinto: Comprar un bolsillo de red de acero con apertura electrónica que cuelgue de una cadena continua sin cierre de plata 400, meta allí todo su dinero y otras pertenencias de su interés y cuélguesela del cuello, por debajo de la franela o la camisa, entre las dos tetillas o tetas, según el caso.

Sexto: Por si acaso su vagón no tiene aire acondicionado lleve una bombonita de oxígeno pegada con un teipe encima de la nariz. Nunca se sabe.

Esas son las precauciones materiales básicas. Si usted mide menos de 1,64 m o su cintura tiene más de 120 cm, extreme los cuidados. En cuanto a las precauciones espirituales son buenos los siguientes ritos.

Primero: Confesarse y comulgar antes de entrar a la estación. Segundo: Tomar la extremaunción, si es 15 y 30 del mes.

¿Hay un chivo expiatorio? ¿Quién tiene la culpa? La respuesta es complicada. Malas previsiones en el proyecto del Metro, el crecimiento poblacional, la liquidez monetaria que juega garrote en todos los campos y los infla desmesuradamente, etc. En nuestra opinión un error serio fue llevar la línea 4 (ahora se llama 2) de Capuchinos a Plaza Venezuela en lugar de terminarla en Chacaíto.

La nueva peste urbana


Primero, tenía que ser, fue un Hummer. Desde lo más alto sus luces de xenón taladran a quien se le ponga por delante.

Después otros miembros de la familia, un Silverado, dos Grand Cherokee.

Se fue popularizando: varias Montero, otros Hummer, y fue bajando. Siete Cavalier. Once Aveo. Ahora no todas de xenón, también hay muchas de halógeno. Los Swift, los Fiat, los Astra, los Corsa, los Camry, los Corolla. El xenón insolente y enceguecedor, el halógeno alucinante.

En las vías de doble sentido hacen tensar los nervios, bajar la velocidad, esforzar la vista.

El pobre peatón encandilado pierde la visión del entorno y es fácil víctima de la delincuencia y de los huecos de las aceras. En una doble vía concurrida se pueden contar por montones. En este momento de 2 a 3 por cada 10 carros tienen halógenos.

De pronto aparecen hasta las motos con halógeno. No las suntuosas y despectivas Harley sino hasta las pobres QMI.

Pronto el porcentaje llegará a 50%, a 70%.

Una nueva facilidad para los atracos, los choques, los muertos y heridos, los secuestros.

Pero a ninguna autoridad le importa nada.

Perdón, nos equivocamos.

Consultado un alto jerarca sobre el problema manifestó que el candidato a gobernador del Distrito Federal estaba estudiando un nuevo artículo para incorporar la prohibición de usar luces de halógeno a la ordenanza del buen comportamiento ciudadano.


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