Ultimas Noticias | Jueves 05 de Febrero de 2009 | |
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La eficiencia al mandoComo consecuencia de los cambios producidos por las elecciones recientes, en las alcaldías en manos de la oposición ha habido una rápida conexión con las instituciones académicas universitarias. Excelente decisión: los intelectuales y los profesionales encerrados en sus torres de odio y de reconcomio derechista tendrán ahora oportunidad de enfrentarse a la dura y compleja realidad de una ciudad como Caracas. Y en entre ellos, los que mantienen todavía una visión socialdemócrata, podrán tener ocasión de aplicar en la práctica principios y normas que gracias a la revolución bolivariana pertenecen ya al imaginario colectivo y a la conciencia popular. Solidaridad, justicia social, protagonismo democrático, igualdad de derechos, independencia y originalidad de iniciativas, son criterios que ya forman parte de las exigencias colectivas. La "ciudad para todos" es un reclamo que no puede ser ya borrado de las agendas políticas y manipulado tras los arreglos de las mafias de arriba y de abajo. Ello vale, desde luego, para la derecha y para la izquierda, y los resultados negativos en los caso de Miranda, Sucre y Alcaldía Metropolitana hay que explicarlos esencialmente por no haberse respetado y aplicado suficientemente esos principios. Lo que queremos decir es que si las nuevas alcaldías de la oposición quieren tener éxito, con las futuras consecuencias electorales, tienen que hacer suyas las reivindicaciones de la revolución bolivariana. Notable contradicción que puede tener interesantes desarrollos. En todo caso, la pelea ahora es por la eficiencia. Que eso quede claro para todos. En especial para nuestros representantes políticos. Mucho más si se advierte la perspectiva de un resultado positivo para el sí en el próximo referendo. Con ello se abriría un período inmediato relativamente estable en lo institucional que permitiría aplacar y suavizar la contienda política y reestablecer en la agenda social para todos, en primer lugar las acciones empeñadas en la construcción de un país libre, independiente y justo, con la alegría del éxito y la solidaridad de la comunidad latinoamericana. ¿Ilusiones optimistas? Tal vez. Es verdad que los intereses contrapuestos en juego son formidables. También es verdad que el imperio no desaparece con la cara simpática de Obama. Y también es cierto que la irracionalidad visceral es un rasgo aparentemente decisivo en el comportamiento político de la oposición. Pero nada cuesta apostar por la visión pacífica y sensata que debe ser parte sustancial de este importantísimo experimento social en acto. La "plaza" Venezuela ¿ejemplo de qué?La plaza Venezuela, ubicada en el corazón de la capital, reúne varias condiciones. Puede ser considerada como un nudo importante de tráfico vehicular. También, como un centro monumental con aportes significativos del arte nacional. Otros la pueden considerar como un trampolín peatonal, un paso obligado entre el Parque los Caobos, la UCV y la Zona Rental. La actividad comercial la considera como un punto privilegiado para sus desplantes publicitarios. En la plaza Venezuela se han construido obras de arquitectura muy importantes para la historia del país. Para cada una de estas condiciones caben largos análisis que respaldan su contundente realidad. La plaza Venezuela es todo eso y más, si se atiende a su recorrido histórico que le otorga un peso y un valor simbólico, muy presente, al imaginario colectivo caraqueño. Pero hay que partir del principio: la plaza no es ninguna plaza, si nos atenemos a la definición tipológica de lo que es una plaza urbana. La complejidad y superposición contemporánea de todo lo anterior ha producido una extraña situación en que ningún factor predomina y todos se enfrentan y contradicen, con el resultado de que nada es verdaderamente consecuente, coherente y eficiente. Todo se mezcla y se superpone, nada realmente se destaca. El tráfico, una calamidad. La fuente central, permanentemente en reconstrucción, trágico recordatorio a los caraqueños que no somos capaces de hacerla funcionar, ni de mantenerla. Los monumentos arquitectónicos, tratados como si fueran meros taburetes para una vergonzosa publicidad. La estación de servicio esquinera, sobrevive no se sabe cómo ni porqué. El famoso paso peatonal, indispensable para los estudiantes de la UCV, precario y arriesgado. Desde hace décadas, ninguno de los atributos de la "plaza" funciona, para angustioso bochorno de los ciudadanos. Esta constatación obliga a detenernos y reflexionar sobre la tremenda importancia de la plaza para la ciudad, en su doble aspecto, el de la funcionalidad y el la simbología urbana. Conclusión: la inmediata necesidad de acometer un estudio definitivo que asuma la "plaza" Venezuela como lo que debe ser, definiendo su vocación, cualquiera que ella sea, simplificando el caos que la distingue, decidiendo las prioridades de tránsito, facilitando a vehículos y peatones su desenvolvimiento y renunciando a atribuciones monumentales que bien convendría desarrollar en otras partes. Lo que debe quedar claro es la aspiración de los caraqueños a que alguna espada corte el nudo gordiano de la "plaza" Venezuela. Esa espada, ingenio y sensatez de diseño, está en manos del Alcalde de Caracas. A él le corresponde la palabra. Mejor dicho, la acción.
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