lunes, 18 de marzo de 2013

AyB 135 - 15 Mayo 2008

Ultimas Noticias | Jueves 15 de Mayo de 2008


Henrique Hernández Alejandro López Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com


¿Espejismos?



Hay que prender las alarmas ante los resultados urbanos y en vivienda.

Oportuno el llamado presidencial para ser radicales en la crítica y fieles en la acción. Por eso esta reflexión descarnada.

Para que quede clarito. Los que suscribimos esta página apoyamos este proceso extraordinario de transformación pero con criterio y crítica constructiva. Hay otras políticas exitosas con imperfecciones y fallas. Pero en lo urbano y la vivienda es al revés, hay un fracaso con aciertos y logros. Es irresponsable callar, hay que decirlo.

Razones. Hoy vemos que la situación mejora con timidez (por ejemplo Petrocasa, a pesar de sus fallas), pero no en lo esencial. En la organización, la planificación y la ejecución en el sector urbano y vivienda, privan la dispersión y pocos logros. Se carece de una política y un plan de desarrollo real y viable que actúe sobre las prioridades. Las invasiones, los damnificados, las demandas, productos de la desesperación y desesperanza, como es trancar vías, encadenarse en las puertas de los entes oficiales, son síntomas mal interpretados. Se ven como emergencias a enfrentar con operativos (censos, declaratoria de riesgo, traslados a viviendas disponibles o refugios, promesas de nuevos desarrollos).

¿Es difícil entender que esos síntomas son la consecuencia y no el problema, que debe ser atacado en sus raíces? Pero, ¿cuál es el problema? La acción actual de gobierno semeja un espejismo. Nos referimos a la Misión Villanueva, Misión Hábitat, Suvi (sustitución de rancho por vivienda). Iniciativas geniales y bien concebidas. Pero en su materialización se optó por la política fracasada de la llamada cuarta república.

Selección de terrenos en zonas sin estudios que demuestren su vocación urbana y habitacional. Los mecanismos de diseño, contratación y construcción de los urbanismos (algunos llamados ciudades) son iguales a la producción mercantil del pasado, en la que priva la ganancia y se presta para negociados, y para colmo se obvia la licitación.

La producción de viviendas a través de esta política es menor a la creciente demanda (arrimados, familias nuevas, familias en viviendas precarias, sin servicios, en zonas vulnerables, damnificados). Se hacen mucho menos viviendas que las necesitadas; y entonces, ¿qué ocurre? ¿Por qué el llamado déficit habitacional casi no crece? Porque la población invade y construye donde y como puede, así resuelve, creando nuevos problemas.

Las áreas invadidas son vulnerables o se hacen en corto tiempo por la "forma de urbanizar" (sin canalización ni disposición de aguas y cloacas por ejemplo).

Los invasores pasan a la cola de los que hay que atender (círculo vicioso). El enorme esfuerzo del gobierno en recursos y solidaridad se frustra porque no anticipa ni previene las necesidades.

Se corre detrás del problema.

Hasta para el más pintao. Es incomprensible estar ciego ante esta realidad. Además, el diseño de los conjuntos urbanos es malo por ineficiente, costoso, sin sentido de comunidad. Las ciudades crecen anárquicamente. Cada vez son más caras para medianamente funcionar.

Crece su vulnerabilidad. La basura es un grave problema de salud pública, como la contaminación de quebradas y ríos. La deforestación y los movimientos de tierra para urbanizar son alarmantes. Los recursos son inmensos, pero no rinden frutos. Las necesidades de vivienda y ciudad no disminuyen; al contrario, crecen. ¿Cómo es posible no verlo? Hay que radicalizar la acción pública en vivienda. Sugerimos aplicar el pachacutic (?), que según los aymaras bolivianos significa que "la esencia de la vida está allí pero se perdió, entonces es necesario un tiempo prudente donde se reconstruye la vida, la casa, se restablece la vida, su esencia".

Hay que cambiar de política y estrategia. El Gobierno debe priorizar su acción en adquirir tierra, urbanizarla y construir los equipamientos. Así concentra los recursos en disponer en todo el país de muchos urbanismos. En ellos la gente, por ejemplo, conformando unidades productivas de materiales de construcción, inicia sus casas de dos formas. Progresivamente, según sus necesidades y recursos, con asistencia técnica y financiera pública. Pero también puede hacer un rancho y luego poco a poco levanta su casa. Así, el Gobierno habilita muchas más parcelas que las viviendas que hoy construye.

Más gente puede iniciar su casa o su rancho, según el caso. Esto permite atender a muchas más familias en menor tiempo. Es un enfoque radical. El Gobierno hace lo que debe hacer y la gente tiene donde ubicarse ordenadamente, segura, con servicios y equipamientos. Vive con calidad urbana mientras construye su casa con sus recursos sumados al apoyo oficial. Se cubre a más familias.

Éstas recuperan esperanza y ponen su potencial en el proceso. El Gobierno "pone la mesa" y la gente "se sirve" y crea ciudades y comunidades. No nos engañemos con lo que puede pasar en 2008. Es posible entregar más de 120 mil viviendas.

Porque éste es un año excepcional. Esas más de 100 mil suman las viviendas con varios años en construcción más las iniciadas este año. Anótenlo, por la vía actual no se alcanzarán las viviendas necesitadas por año.

Para terminar. Además, se debe estimular a la industria tipo Petrocasa, de nuevos materiales o existentes (madera, acero, concreto, aluminio, aglomerados). Reorganizar el sector, coordinarlo y clarificar competencias. Formular una política real y viable. La planificación es una carta de vuelo, orienta la acción. También hace falta un eficiente control, seguimiento y evaluación para apoyar correctivos y nuevas acciones. Las ciudades y la vivienda están graves. Es momento de incidir en su esencia y rectificar con audacia y entusiasmo. Basta de espejismos. ¿Qué tal aplicar principios del beisbol: definir estrategia, acordar reglas, escoger a los mejores y jugar?


ELECCIONES UNIVERSITARIAS Las elecciones universitarias han confirmado plenamente lo ya conocido: la Universidad Central de Venezuela es ciudadela de la reacción, del pensamiento único y oscuro, de la nostalgia obsesiva por los privilegios de la academia derechista.

Ninguna novedad, pero llama la atención que incluso en la Facultad de Arquitectura, que debería estar entregada a un generoso esfuerzo por integrarse al programa nacional de reconstrucción del territorio, ha prevalecido lo peor de la visión elitista, exclusivista, frívola y sifrina que tanto daño le ha hecho a la arquitectura nacional.

Lástima, se han querido encerrar en una torrecita de desprecio y de desperdicio.

Se lo han buscado. Que no se quejen cuando el país progresista les dé la espalda.



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