lunes, 25 de marzo de 2013

AyB 138 - 05 Junio 2008

Ultimas Noticias | Jueves 05 de Junio de 2008


 
Henrique Hernández Alejandro López Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com



Impotencia, desespero


La semana pasada el grupo de redactores de Aceras y Brocales fue invitado por la ministra del PP para la Vivienda y el Hábitat, Ingª Edith Gómez, a una reunión para intercambiar ideas y reflexiones. Agradecimos mucho esta invitación como una notable muestra de apertura y tolerancia poco común en los funcionarios públicos de alto nivel, inclusive porque Aceras y Brocales ha sido muy crítica con la gestión del Ministerio.

Nuestra impresión personal es que se trata de una persona con conocimientos sólidos de planificación y bastante entendida en cuestiones de vivienda, y sobre todo con una profunda vocación de servicio público y una gran sensibilidad ante los problemas que ahogan al sector vivienda. También con una honda inquietud ante sus responsabilidades y por la forma como el Ministerio y la Administración Pública en general responden ante la situación crítica del sector. Mejor dicho, por la forma como no responden. Ineptitud, ignorancia, ineficacia, desorganización y otros males mayores y menores aquejan a nuestra Administración Pública.

En Vivienda y Hábitat pasan años y no se logra plantear una política coherente y con objetivos claros y factibles. Mucho menos se logra una operatividad que permita logros concretos. Los problemas aumentan, la población se desespera, las presiones aumentan por todos lados, crecen el desencanto y la frustración, y la rabia y la protesta florecen. Puede decirse que el sector ha caído en un estado de impotencia y estancamiento total. Dejamos de lado los comentarios sobre las enormes inversiones hechas sin ningún tipo de licitaciones, los precios estratosféricos que alcanzan las viviendas terminadas y las irregularidades que hubieran podido presentarse.

Señalemos dos síntomas patéticos. Uno. El 16 de enero el Gobierno tenía en construcción, según el ministro Carrizalez, 105 mil viviendas.

Pero en el primer trimestre se terminaron sólo 8.000, según información del 24 de abril. Apenas 8%. Siendo viviendas que deberían haberse iniciado a mediados de 2007 la producción final es ridícula, o las cifras son equivocadas o el ritmo de las construcciones está muy, muy, muy por debajo de lo normal. Dos. En el Aló Presi dente Nº 310, del 4 de mayo, el comandante Chávez hizo una amplia exposición de los programas bandera del Gobierno en materia de vivienda, los más importantes y llamativos.

La información disponible es escasa, fragmentada, etc., pero es la que hay y según ella, los diez desarrollos mostrados suman un total de unas 47.500 viviendas. Muy poco para las necesidades, que andan por las 100 mil anuales. Además en uno, Ciudad Losada, la información disponible es que se terminaron 1.000 viviendas en el 2004; en otro, Camino de los Indios, se prevén 20 mil que se construirán en los próximos 9 años; Sol del Ávila (Las Casitas) tiene 236 casas y ha sido fotografiado y publicitado centenares de veces; en Altos de La Rinconada el proyecto es de 1.720 viviendas para ser construidas en cuatro etapas. Y así sucesivamente. Si los programas bandera son insignificantes, las cifras y datos pueden estar equivocados –ojalá– o alguien le montó un parapeto al Presidente. ¿Conclusiones?


La enseñanza de los barrios

Las ciudades venezolanas han crecido y expandido sus límites a través de la urbanización por familias carentes de recursos. Respuesta obvia ante la ausencia de oferta accesible de tierra y vivienda.

Al invadir-urbanizar lo han hecho bien, porque han "resuelto el problema", creado lazos sociales estrechos, construido sus viviendas desde las de cartón o lata hasta las de placa y bloque.

Lo han hecho mal porque, sin conocimientos técnicos ni recursos económicos, han vulnerado social y físicamente sus barrios. Han vivido con dificultades pero parapeteados.

Hoy representan la llamada "deuda social", inmensurable en lo intelectual, cultural, educativo, en salud y en lo físico, entre otros temas. Pero, también, los barrios son una fuente extraordinaria de experiencias y enseñanzas.

Por ejemplo, en vivienda hay que resaltar algunas cosas: 1) Las implantan en el terreno con el mínimo movimiento de tierra, adaptándose a la topografía natural (que diferencia a los urbanismos formales). 2) La vivienda es precaria al principio y gradualmente la mejoran y amplían, incluso a varios niveles. Es un proceso progresivo que concilia recursos con necesidades y estructura familiar (detalle fundamental); pero, ¡claro!, la mala construcción de las casas, de los servicios y drenajes, por falta de asesoría y recursos, son un riesgo constante y causa de tragedias actuales y futuras. 3) A pesar de tener pocas opciones constructivas, las existentes las adaptan bastante bien, con fallas técnicas, por supuesto. 4) Otro aspecto es la capacidad de organizarse para la construcción (cayapas).

Desde hace años, universitarios y profesionales vienen aportando conocimientos, experiencias y desarrollos tecnológicos que, aprendiendo de los barrios, racionalizan su lógica. Fracasos y éxitos han cundido. Pero se pueden detectar tres grandes líneas, bases de una nueva estrategia urbana y de vivienda que reformule radical y audazmente el enfoque actual.

Provisión masiva de tierra urbanizada y equipada.

Para poner al alcance de las mayorías, urbanismos donde construir sin invadir a la macha.

Estimular y desarrollar la industria de sistemas, componentes y materiales constructivos para la vivienda popular, instrumento poderoso para potenciar la capacidad constructiva de las mayorías.

Programa nacional de organización y asistencia comunitaria integral para la producción y construcción. Básico para los largos procesos de producir, construir y mantener las urbanizaciones (por sus habitantes).

Esas estrategias requieren tres premisas: 1. Que se entienda que el asunto de la vivienda es urbano y de muchos actores. 2. Que el gobierno dirija la nave (planificar y programar) y cree las condiciones para producir y construir las viviendas (tierra, servicios, equipamiento, conocimientos, tecnología y asistencia técnica). 3. Que se reconozca que las viviendas pueden ser afrontadas por la gente, los otros aspectos no.

¿Sencillito, verdad? Pero, ¡caray!, ni la María Magdalena ha podido convencer a los incrédulos(as).

Invitación



Invitamos a los y las aspirantes a gobernadores y alcaldes a exponer sus ideas, enfoques y estrategias para afrontar el desarrollo urbano y la vivienda.

Sería un buen debate.

No se limiten a criticar a quien quieren sustituir.

Aceras y Brocales está a la disposición para divulgar sus propuestas y debatirlas.

Los esperamos.

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