martes, 12 de marzo de 2013

AyB 120 - 24 Enero 2008

Ultimas Noticias | Jueves 24 de Enero de 2008




Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé

acerasybrocales@gmail.com


Parece increíble (parte 2)


Continuando con lo que ya hemos venido machacando con insistencia: es urgente llevar a cabo un vasto plan de discusión que abarque, en lo posible, todo el ámbito nacional. Lo ideal sería que todo el pueblo venezolano, en todos los niveles, desde los más pobres hasta la clase media acomodada –no incluimos la cúspide rica, boliburguesía nueva u oligarquía vieja, porque tenemos serias dudas de que alguna vez comience a pensar y a actuar como lo que antes se llamaba burguesía nacional–, en todos los niveles, decíamos, se cree y se asiente la conciencia de que nuestro destino como nación está ligado de manera indisoluble al destino del petróleo.

Pero conciencia de verdad, como dueños y propietarios del territorio y de la energía, y no simplemente como repetidores del discurso de Uslar, "hay que sembrar el petróleo".

Convencernos de verdad de que del destino del petróleo, energía universal, depende el destino de todos nosotros y de nuestros hijos. Porque los que saben del asunto lo vienen repitiendo desde hace años: la curva de Hubbert ya está aquí; de aquí en adelante, en el ámbito internacional, ya no hay nuevos yacimientos importantes, hemos llegado al punto en que los depósitos simplemente han dejado de crecer. Lo que nos espera es una declinación paulatina hacia el agotamiento de los recursos y un incremento fabuloso de los precios.

Y por cuanto nuestra civilización tecnológica se basa en el petróleo y de él depende todo, absolutamente todo nuestro entorno, mañana o pasado mañana, cero energía, cero gasolina, cero productos derivados, pero sobre todo: comida, electricidad, agua, calor, frío o transporte. Es decir, todo. Se acabó la era de petróleo. Así de sencillo y de asombroso, por no decir pavoroso.

¿Demasiado apocalíptico? ¿Pura demagogia con intereses ocultos? Claro, mejor es la política del avestruz. Pero les diremos que hay trabajos sumamente serios y científicos que pintan una situación en el futuro próximo –esto es, los próximos 25 o 30 años– bastante peor de la que hemos apenas esbozado.

Y aquí es donde hay que hablar de las energías alternativas que puedan sustituir la de los hidrocarburos. Eólica, solar, biomasa, hidroeléctrica, nuclear, cualquiera que sea, o todas combinadas, señalan todas hacia un mundo bien diferente del que conocemos hasta hoy. Eso significa autoabastecimiento, seguridad alimentaria, responsabilidad ecológica, en una palabra, política urbana endógena. Y ello nos conduce a lo central, a lo que nos preocupa de inmediato. Cuando estamos procurando reorganizar el territorio y nuestras ciudades descompuestas y caóticas, y planificando ciudades nuevas, es nuestro deber señalar que acciones de este tipo, necesariamente a mediano y largo plazo, deben tener muy en cuenta que no es este territorio el que hay que reorganizar, sino el del futuro próximo en el cual el petróleo ya no sea el recurso barato que pueda derrocharse a troche y moche. Un territorio y una ciudad donde se garantice la calidad de vida a todos, en términos de nuevas energías y por lo tanto, de un nuevo diseño bien diferente, que sea tan equidistante de la improvisación mediocre, hija de la ignorancia, como de las absurdas y gigantescas locuras seudoprogresistas, por ejemplo, las que están inventando para su desgracia, los chinos.

Este es el punto. Si vamos a reprogramar la nación, debemos hacerlo con vista a un futuro seguro y no para continuar este presente inestable y provisional.

Seguiremos con el tema.

Un alcalde como Ken "El Rojo", por favor

En Europa se está hablando del nuevo Londres como ejemplo excepcional de la posibilidad de introducir cambios de gran alcance en el caso de una ciudad muy antigua, de largas tradiciones, con un alto porcentaje de problemas de todo tipo y con un peso extraordinario dentro de la economía local e internacional. Y este es un asunto que tiene que ver con algo que hemos señalado varias veces: la presencia, por voluntad democrática, de un alcalde con ideas y voluntad de realizar cosas valiosas para la comunidad. En el caso específico, Ken "El Rojo", tal como es llamado el señor Livingston, alcalde de Londres desde hace siete años y de conocida trayectoria izquierdista, ha logrado plantear y concretar con mucho éxito propuestas ambiciosas y atrevidas en un contexto especialmente difícil como es el de una ciudad que ha sido y en cierta manera sigue siendo una de las capitales del mundo ferozmente capitalista.

La sociología de la tercera vía, la del nuevo laborismo británico (escuchémosla por un momento, cualquiera que sea nuestra opinión critica acerca de su política real), ha definido cinco consignas que Livingston ha aplicado diligentemente en el Londres de hoy: tomar el centro político, asegurar la fortaleza de la economía, invertir en servicios públicos e infraestructura, reforzar la responsabilidad individual, no permitir que los conservadores dominen el tema de la seguridad ciudadana.

Programas concretos. Ganas de realizar proyectos ambiciosos. Y saber cómo comunicar.

Es lo que nos falta en nuestras mediocres políticas urbanas.

Nosotros, que hablamos todo el tiempo de transición y de perspectivas socialistas, con una herencia desastrosa en lo que se refiere a la calidad de vida urbana, tenemos todo que aprender de la experiencia de Ken "El Rojo". Este año es un año de elecciones: no nos pelemos una vez más. Recordemos, quienes queremos que los cambios sean sólidos y reales y nos interesa que este experimento revolucionario no fracase, que tenemos que escoger bien. El alcalde, los alcaldes, mayor y menores, deben ser lo mejor de lo disponible, con la inteligencia, eficiencia y responsabilidad revolucionaria necesarias para salvar a nuestras ciudades, tan atropelladas y acosadas por la desidia y la violencia.

A ponerse las pilas.

Cambio de ministro

La eterna discusión de qué es más importante, el programa o las personalidades, lleva siempre a la conclusión de que ambos factores pesan igual.

Pero hay circunstancias en que el cambio de una persona por otra, un estilo de trabajo en lugar de otro, un carácter diferente, mayor capacidad de escuchar, tantos aspectos asociados con la personalidad de un individuo en particular, pueden cambiar radicalmente la situación.

Por eso es que hay la impresión de que el cambio del ministro de Vivienda y Hábitat, Pérez Prado en lugar de Carrizales, puede ser muy provechoso para este sector tan castigado por la ineficiencia, la ignorancia y la corrupción.

Nos alegramos, tenemos alguna referencia directa del interés personal, la responsabilidad, la inteligencia y el tesón con que el nuevo ministro maneja los asuntos públicos.

Así que se han renovado las esperanzas, se han doblado las expectativas.

Ojalá que el sector vivienda, tan importante para el éxito de esta revolución, no vuelva a ser defraudado.

Gobernadora destructora

Apoyo decidido al Instituto del Patrimonio Cultural por su enérgica acción legal en el asunto de la Casa de los Rojas, registrada en Tucupita (Delta Amacuro) como Bien de Interés Cultural de la Nación, y derribada por decisión de la gobernadora Yelitza Santaella. Un ejemplo más de que la ignorancia, cuando está en el poder, es devastadora.


© Copyright 2008.
Cadena Capriles C.A.
Todos los Derechos Reservados







No hay comentarios:

Publicar un comentario