AyB 148 - 14 Agosto 2008

Ultimas Noticias | Jueves 14 de Agosto de 2008

Henrique Hernández Alejandro López Alfredo Roffé acerasybrocales@gmail.com ¡Adelante con el bulevar! La iniciativa, por parte de Pdvsa-La Estancia y la Alcaldía de Libertador, de rescatar el bulevar de Sabana Grande ha sido el comienzo muy esperado de acciones para ir corrigiendo los grandes errores que se han cometido en las últimas décadas con relación a la ciudad de Caracas. No se trata de regresar a una visión de la capital idílica y segura, que nunca lo ha sido sino en los recuerdos en blanco y negro o en sepia de la clases más acomodadas, sino de acometer en una época histórica particularmente difícil como la actual, la tarea de volver democrático e igualitario, amable y risueño, un organismo urbano profundamente deteriorado. Tarea y cometido especialmente difíciles, pero no imposibles, si nos atenemos a la experiencia de otras ciudades de América Latina, en algunos casos inmensamente más complicados que en el de Caracas. Lo hecho hasta ahora, ya declara un extraordinario optimismo. Y una voluntad de seguir haciendo se manifiesta en que La Estancia está contratando a varios de los ganadores del concurso que se celebró con anterioridad, los diseños para ejecutar todo lo que falta para convertir al bulevar de Sabana Grande en un modelo de nueva ciudad, segura, alegre, peatonal, en armonía con el clima del día y de la noche. No nos falta sino esperar, que los pasos que se están dando, nos consta, van hacia el éxito. Títulos de propiedad de tierra urbana ¿Demagogia o socialismo? Orgullo sienten los nuevos propietarios de los barrios. Felices y trabajando por la Patria se creen los alcaldes, tirios y troyanos, al entregar la mayor cantidad posible de títulos. Pero, se han preguntado, por ejemplo, ¿cómo serán mejorados los sectores donde se entregan estos títulos individualizados? ¿Cómo se coordinará un proyecto de rehabilitación de barrios cuando la propiedad está atomizada y a sus dueños se les ha reforzado el individualismo? ¿Han pensado en otra vía como la de otorgar la propiedad en forma colectiva, en condominios? Lo cual contribuiría con la visión socialista cacareada por algunos. Pero además se les asignaría, en copropiedad y de una vez, a los habitantes de los barrios, áreas semi-públicas tales como las escaleras, veredas, espacios para parques, etc. Esto sería clave para la renovación urbana del sector y de la ciudad. Se están entregando títulos de propiedad sin un plan urbano de esas zonas y sin definir sus criterios (socialistas). Al ser propietarios cada quien hará lo que le venga en gana. El título otorgado refuerza inevitablemente la visión mercantil de la tierra y de la vivienda. Por lo tanto del desarrollo urbano. Bravo por los alcaldes de la oposición, pero ¿y los del socialismo, se dan cuenta que están contra su proyecto político? Hay que saber donde se está parado, la demagogia lleva a errores garrafales. ¿Y los arquitectos qué? Sabias palabras las del ministro del Poder Popular para la Vivienda y el Hábitat, el compañero Farruco Sesto. En un decálogo ampliado y actualizado, les recuerda a los arquitectos que ya están viviendo en mundo distinto, con exigencias diferentes, con un pueblo que espera de ellos mucho más que la retórica tradicional acerca de la ética profesional, etc. En esta difícil y compleja transición económica y política, a los diseñadores del espacio construido, les toca una gran responsabilidad. Literalmente la de inventar, desde la buenas y malas experiencias de aquí y de allá, una manera diferente, sana y civilizada, cargada de comprensión y simpatía humana, de entender y construir la ciudad. El arquitecto, debe desprenderse de esa eterna disposición a obedecer a clientes que lo único que pretenden es hacer negocios ignorando los daños o consecuencias que producen en el tejido colectivo de los ciudadanos. Porque el cliente ahora es distinto. Ahora grandes y nuevas tareas se plantean. Nada menos que descubrir junto con el pueblo cómo construir una nueva forma de habitar, dentro del marco de una nueva sociedad solidaria y sensata, en un entorno protegido y sano, con sentido ecológico y de estricta conservación de recursos. ¿Les parece poco? Sobre todo para los jóvenes, una empresa gigantesca y admirable. Así que las palabras de Farruco, por el hecho de venir de quien tiene ahora la mayor responsabilidad pública en definir orientación y criterios, obligan a que los arquitectos reflexionen y revisen su posición frente al trabajo. Pero, así mismo, cabe preguntarse por cual razón hasta hoy el gobierno revolucionario ha entendido muy poco el valor de la necesidad de participación de buenos arquitectos – los mejores, de ser posible – (la tremenda importancia política y social de la calidad) en las obras que va realizando. ¿Cuál es la razón de ese desconocimiento que tanto daño le ha hecho a la vivienda y la salud? Véase si no el caso lamentable de los módulos de barrio Adentro 1. Tanta oportunidad perdida, tanto dinero que se hubiera podido invertir mejor, tanto talento joven sin aprovechar. Insistimos: muy bien que ahora se pida a los arquitectos, desde el gobierno, calidad de diseño y responsabilidad social. Pero también es hora que se le exija al gobierno igual responsabilidad y cultura en la selección de los arquitectos, en ampliar y diversificar la participación y en elevar su concepción de la arquitectura revolucionaria. Todavía estamos a tiempo para corregir errores. Desde esta modesta página seguiremos con el empeño de siempre. Pero confiemos en Farruco. Segundos pisos en autopistas La ciudad es la expresión física de la vida. Allí todos estudiamos, trabajamos, nos movilizamos, ejercemos nuestro derecho al ocio. Su calidad dependerá de cómo se enfoca, de cómo se administra, de cómo se mantiene, de cómo se planifica. ¿Hasta cuando se propondrá construir segundos pisos de autopistas sin diagnóstico ni plan? Es impostergable entender a la ciudad como un complejo de componentes y relaciones que amerita, estudiarla, planificarla y actuar sobre ella con inteligencia y tino. Quizás hay que construir segundos pisos viales, pero que lo determine la sindéresis y el análisis. No la subjetividad. © Copyright 2008. Cadena Capriles C.A. Todos los Derechos Reservados