Ultimas Noticias | Jueves 26 de Junio de 2008 | |
|
¿Otra oportunidad?Fue designado un arquitecto en el Ministerio de la Vivienda. Al fin se desplazó a la dinastía de quienes, desconociendo el sector, aceptaron esa responsabilidad y crearon un flanco débil a este proceso. Ahora puede ser distinto. La actitud y amplitud del nuevo ministro marcarán la diferencia. Con el fin de contribuir, una vez más, esta página reitera sus propuestas urbanas y para la vivienda. Esperamos que las tomen como un modesto aporte, entre otros. Empecemos. Cambiar el enfoque. El desarrollo territorial, urbano y de la vivienda, es tarea del Gobierno central: la política, los planes, el presupuesto, el seguimiento, control y evaluación. Esa es la función principal del gobierno: dirigir y coordinar el proceso integralmente. Establecer su marco de acción y garantizar que funcione. Que los actores cumplan con sus tareas y tomar los correctivos oportunamente. Si la prioridad es construir viviendas, descuida sus funciones esenciales que son organizar y equipar el territorio, y usurpa competencias y capacidades de otros. Crear un equipo de asesores. La complejidad del sector amerita disponer, para sustentar las decisiones, de un grupo multidisciplinario con experiencia comprobada en este campo. Sería un medio poderoso para repensar y reestructurar políticas y estrategias y cómo aplicarlas a corto, mediano y largo plazo. Iniciar una profunda reorganización institucional. Para definir responsabilidades y competencias del Gobierno (nacional, estadal y municipal), privados y comunidades. Es indispensable intervenir la administración pública central, hoy atomizada, descoordinada, duplicadora de esfuerzos y recursos, confusa e ineficiente. En su lugar, simplificarla mediante tres instancias: la política y planificadora, para dirigir, coordinar, asignar recursos y controlar políticas, planes, resultados e impactos; la productora, para la gestión y adjudicaciones de los programas y proyectos; y una tercera para administrar los recursos financieros. Aplicar cuatro ejes estratégicos de acción. Un cambio radical, a corto plazo, dirigido a transformar la actual política de vivienda, para hacerla eficiente y con resultados concretos, en nuestra opinión, debe basarse en las siguientes acciones paralelas: 1. Producción sostenida de nuevas parcelas, servicios y equipamiento. En aquellas ciudades y regiones de desarrollo e inversión prioritaria, que atraen población. Es imperativo adelantarse a la demanda (evitar las invasiones) y crear ciudades y urbanismos en los cuales las comunidades puedan en corto tiempo iniciar, con sus recursos y los que les suministre el Estado, la construcción progresiva de sus viviendas. Para ello hay que producir oferta abundante de parcelas con todos los servicios y los equipamientos urbanos desde un principio. 2. Política industrial de la vivienda popular. Hay que considerar la vivienda como un proceso de desarrollo industrial. Para eso hay que: -Normalizar los materiales y componentes constructivos. -Adoptar nuevas for mas de contratación que estimulen la organización de la mano de obra e incentivar la industrialización. -Promover técnicas y materiales que faciliten la participación comunitaria. Red "Mercal" de materiales, componentes y sistemas constructivos. -Estímulo financiero para la formación de redes de pequeños productores comunitarios. 3. Programa nacional de capacitación comunitaria. El Estado debe reorganizarse para promover y facilitar, con eficiencia, que la mayor cantidad posible de vivienda nueva, así como la de mejoramiento y ampliación de las existentes, se ejecute mediante la llamada producción comunitaria de viviendas. La cual consiste, en síntesis, en impulsar masivamente la creación de unidades productivas y comercializadoras de insumos, así como de construcción y mejoramiento de viviendas. Ello, mediante la asistencia organizativa, técnica y financiera, desde el poder central, a través de los gobiernos locales, a la población y a los pequeños productores y constructores en todo el país. 4. Plan nacional de barrios. La rehabilitación de barrios fue desvirtuada enfatizando la intervención en las viviendas. El esfuerzo y la prioridad de inversiones deben estar en la recuperación de espacios para la dotación de transporte, servicios y equipamientos urbanos. En los barrios deben construirse escuelas y liceos de la mayor calidad, iguales o mejores que los existentes en las urbanizaciones de clases altas. Igual con los centros de salud, mercales, bibliotecas, casas comunitarias, canchas, centros de capacitación para la producción, infocentros, piscinas, juegos de agua, etc. Hay que intervenir en la infraestructura y los equipamientos y en paralelo prestar asistencia técnica y financiera a los habitantes para ampliar y mejorar sus viviendas. Un plan de acción en los barrios debe revisar a profundidad lo que se hace hoy y redefinirlo radicalmente. Recomendamos evaluar experiencias como las de Medellín (Colombia) para transferir esa experiencia ajustada a nuestra realidad. Finalmente. Si esta nueva etapa en el Ministerio de la Vivienda se asume con amplitud, visión política, multidisciplinariedad de enfoques y, en especial, con modestia y sabiduría, seguramente el camino será esperanzador. María Magdalena estará atenta y nos cobrará si pelamos este boche. ¡Por fin un arquitecto en Vivienda y Hábitat!Farruco va a Vivienda y Hábitat porque allí la crisis es dramática, y había que buscar a alguien del equipo de gobierno que pudiera tener una idea de lo que hay que hacer. Así pues, un arquitecto en Vivienda puede ser una garantía y un buen comienzo. Se abre un nuevo capítulo de gran interés en el sector. Un reto gigantesco se le plantea a Farruco. El Ministerio de la Vivienda desde hace décadas está minado por la corrupción y la incompetencia. No es asunto de estos años y de esta revolución bolivariana. Entre tumbos y errores garrafales, avances y retrocesos, y callejones sin salida, las metas no se han cumplido y han dejado muy mal parado el prestigio de una revolución que frente al drama de los barrios y de las grandes carencias habitacionales ha tenido muy pocos éxitos. Farruco tiene pues que enfrentarse, en lo interno, a una macolla burocrática descomunal y en lo externo, a una gigantesca trama de intereses comerciales de empresarios que, en su mayoría, a lo único que aspiran es a hacer negocios a como dé lugar, atropellando la ética y de espaldas a las aspiraciones populares. Farruco todo esto no lo ignora. El peligro de fracasar es muy grande. Haber aceptado un cargo de tanta responsabilidad nos obliga a expresarle simpatía. Y algo más, si acepta que esta modesta página puede tener algún valor. Sin ninguna intención de tener la verdad en el bolsillo, nos atrevemos a hacerle algunas recomendaciones. Que haga con ellas lo que mejor le convenga y nos perdone la intrepidez. Pero, al fin y al cabo, somos ciudadanos con iguales derechos de opinar, y además él sabe que tenemos unos cuantos años machacando justamente estos temas.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario