viernes, 1 de marzo de 2013

AyB 082 - 26 Abril 2007
Ultimas Noticias | Jueves 26 de Abril de 2007



¡Pum! al PUM...

Henrique Hernández / Alejandro López /Juan Pedro Posani / Alfredo Roffé
acerasybrocales@gmail.com

El domingo pasado, en un gesto que hay que reconocer por su valor democrático, se nos ha informado -mediante un encarte en un periódico que no es el de mayor circulación nacional, pero que probablemente es leído por una mayoría de clase media- que la Alcaldía Mayor de la Capital ha elaborado un Plan Urbano Metropolitano (PUM), que tiene como meta "la solidaridad, la convivencia creativa, la participación de todos y todas y el fortalecimiento del Poder Popular".

El PUM reconoce como una realidad que Caracas es mucho más que una ciudad, es una región. Como ciudad-región policéntrica se afirma que debe ser ordenada por un plan en constante proceso de renovación.

Las decisiones que rigen su destino urbano deben ser tomadas por las comunidades y el gobierno revolucionario administrará el cumplimiento de esas decisiones.

El encarte invita formalmente a la discusión, a las críticas constructivas y a aportar mejoras y sugerencias. Lo cual es inobjetable. Es más: es la única forma de construir un proceso de planificación que corresponda a lo que queremos que sea el socialismo del siglo XXI. De manera que nos encuentra totalmente de acuerdo y aplaudiendo.

En primer lugar hay que reconocer las intenciones: "estamos trabajando en un plan para todos Uds. Luego es bueno que vayan informándose, para entonces opinar con fundamento". Fíjense que con ello se está demoliendo el viejo criterio que los planes urbanos, así como muchas otras cosas de las estructuras tradicionales capitalistas, son cosas esotéricas y dificilísimas que únicamente unos especialistas altamente calificados podrán resolver en sus oficinas ministeriales o universitarias.

Con ello también se apunta contra la idea derechista y reaccionaria, que los habitantes de la ciudad, quienes son los que la sufren y la disfrutan, no están capacitados para pensar, opinar y decidir. No, esta vez la intención del encarte es un paso, muy inicial por cierto, para que este asunto de planificar la ciudad sea un asunto transparente y colectivo, razonado por especialistas y por la gente que sube a pie los cerros, por igual.

Así que las buenas intenciones son evidentes. ¿Qué falta entonces? Faltan muchas cosas para poder opinar seriamente y ayudar a mejorar el nuevo PUM. Sobran las dudas: La ciudad-región, los pueblos urbanos, los pueblos nuevos montados en las filas, el autoabastecimiento, la contraloría social, la adquisición de terrenos, etc., todo muy bien.

En todo caso, habrá que ver los detalles. Pero, nos preguntamos, ¿y los sistemas de servicios? ¿Y los modelos de comunicación pública? ¿Y los criterios de densidades? ¿Y las edificaciones públicas? ¿Y las tipologías residenciales? ¿Y la distribución funcional de usos? ¿Y la priorización de las inversiones y de las propuestas? Un conjunto demasiado grande de vacíos espera por ser aclarado.

A juzgar por el encarte, no son suficientes los planes de vivienda ya conocidos, Plan Ejes, Clase Media, Transbarrio y Suvi, para enfrentar el drama del acomodo, crecimiento y reorganización socialista de una ciudad-región como la de Caracas. Y si hablamos de vivienda, resulta difícil pensar que únicamente con la tipología de sustitución de viviendas, (tipología Menéndez) por más méritos que tenga, se puedan agotar todas las oportunidades y condiciones.

Pero, total, un buen comienzo. Sugerimos, en esta onda muy acertada de informar, cuando haya suficientes datos del nuevo PUM, una exposición pública, por ejemplo en el novísimo Museo Nacional de Arquitectura.
OTRAS OBSERVACIONES El encarte (n.2) que es objeto de algunas observaciones en esta misma página, tiene, con relación al número 1, algunas novedades de forma. Hay un sólo retrato gigante del alcalde Barreto en lugar de dos. Aparece con la chaqueta roja en lugar de la sorprendente azul que lucía en el n.1. Es un progreso. Pero seguimos insistiendo, porque parece que se trata de una epidemia nacional.

Constatando la falta de buen gusto y de modestia revolucionaria de muchos de nuestros funcionarios públicos, ¿no debería el Ejecutivo Nacional dictar algunos lineamientos en materia de propaganda que impidieran la autopropaganda y el mal uso de los recursos que son del y para el pueblo?

Red metropolitana de inquilinos


Interesante carta de Elizabeth Santos sobre la vivienda de alquiler en Caracas.

Reseña una cronología de los inmigrantes europeos e inicios de propiedades en alquiler, sus bondades y desamparos. Menciona la iniciativa de la Alcaldía Mayor: Programa Dotación de Vivienda para las Familias que Habitan en Calidad de Arrendamiento.

"Este programa le dio fuerzas a los inquilinos y comenzaron a unirse por sectores, por parroquias hasta hacer una sola red..., allí se reúnen cientos de inquilinos, comparten experiencias, generan propuestas y se protegen de los brutales desalojos en los que interviene la Guardia Nacional y grupos armados... programas como ése contribuirían a mejorar el hábitat y la vivienda, pues se le daría la titularidad a los inquilinos amén de hacer justicia social.

Se comprobó que estas unidades habitacionales están aptas, sólo requerirían refacciones que podrían ser gestionadas por los consejos comunales o asociaciones civiles de los edificios".

Bravo, sigan adelante. Por cierto ¿las alcaldías de Caracas conocen los inmuebles (casas, edificios, terrenos) que son del Centro Simón Bolívar o del Inavi? Nos llegó la información de que sólo en el centro (San Agustín, San José, etc.), en los años 80, casi 20 % de los inmuebles eran del Centro Simón Bolívar. ¿Varió esta situación?



Las licitaciones de Víctor Cruz Weffer

El pasado 19 de este mes la prensa publicó una información en la cual se explica que el Ministerio Público imputó al General de División (r) Víctor Cruz Weffer, por la presunta comisión de hechos de corrupción. El general fue presidente del Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (Fondur) durante el año 2000 y hasta mediados de 2001. De su gestión se recuerda el ofrecimiento de 100 mil viviendas para el año 2000, meta que no se cumplió y por sus declaraciones públicas sobre la inutilidad de las licitaciones, recurrió para las contrataciones a otros sistemas. Independientemente de que la imputación sea cierta o no, nos interesa señalar, como hemos hecho otras veces, que la ausencia de licitaciones y la adjudicación de contratos a dedo tiene pésimas repercusiones.

Por una parte debilitan o impiden los mecanismos de control sobre el gasto público, por otra contribuyen poderosamente al aumento exorbitante de los precios de la construcción, tal como ha demostrado la experiencia reciente.



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